lunes, 2 de agosto de 2010

Imponente cielo

Esperando el solemne atardecer
Los parpados cansados, desisten
Queriendo comprender
Algo hermoso, que no ven.
Insaciable orgullo atroz
Se quema tan lentamente
Y se aturde con esa voz
Que le recuerda lo que siente.
Inocencia es lo que queda
De toda esa gran añoranza
No es necesario que entienda
Solo es una insistente tristeza.
Tarde más que temprano
Todo pasara como el viento
Terminara para el verano
Eso solo un presentimiento.
Admirando la perla nocturna
El sueño lentamente se acerca
Con los ojos en la luna
Cada vez mucho más cerca.
Es tan grande el anhelo
De esos sueños escondidos
Con un enorme y azul cielo
Y muchos sueños desprendidos.

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